Apenas tenés tiempo para asimilar lo que acabás de ver: lo que oís es el sonido inconfundible de la madera crujiendo bajo los pies. Alguien está subiendo las escaleras. Lentamente, pero no tanto. Tenés que tomar una decisión.
Si elegís enfrentar a la persona que se está acercando, quedate acá. Si preferís intentar investigar un poco más sola, sin que ningún intruso te interrumpa, trabá la puerta y levantá el disco del piso así.