2.1.1.1.1bis

Cuanto menos me mueva, mejor. De eso intentás convencerte mientras las agujas cierran tus ojos definitivamente. El poder anestésico de alguno de los químicos presentes en la carne momificada hace que el dolor sea mínimo, pero no podés evitar sacudirte cada vez que el hilo se desliza entre tus párpados: podés sentir con nitidez el ir y venir de las agujas.

Las visiones empiezan al poco tiempo, y no sos la única que se gana el respeto en ese antro de sororidad: la Hermana Asia goza de un gran reconocimiento gracias a aquella vez en que confió en vos y en tu intuición.

Tus días son ahora muy tranquilos, aunque las consultas místicas sean cada vez más extensas y cansadoras. Además, empezás a sospechar que el humo de las plantas, cortezas y yuyos que queman en el encierro del container para fomentar tus visiones te está trayendo dificultades pulmonares. Incienso para conocer el futuro, sándalo para entender el pasado, pachuli para encontrar soluciones al presente.

secta
La secta

Una tarde el humo te irrita demasiado los ojos y las Hermanas se ven obligadas a levantar la sesión. Sentada en un rincón, paralizada por el ardor de la supuración ocular, pero sacudida por el picor de la tos, no podés evitar recordar una vez más esa leyenda urbana ridícula sobre las traffics blancas y lo que sucede en ellas.



FIN